sábado, 4 de mayo de 2013

Mientras otros le llamaban insomnio, yo le puse tu nombre.


Y después de 240 noches de insomnio, 2173 besos perdidos y más de 965 caricias olvidadas, me di cuenta que verdaderamente te había perdido. Me costó aceptarlo, pero al fin de cuantas era la realidad, me di cuenta que en esta vida nada es para siempre y que las palabras se las lleva el viento, junto a miles de te quieros. 

Ahogué las penas en quintos de cerveza y roge a Dios que todo aquello no fuera más que una simple pesadilla; no se si el alcohol no quiso acompañarme en esa oscura noche o si Dios pensó que no merecía la pena seguir con esta guerra, pero ahí me quede, sola, pensando que hacer ahora que tú no estabas. Y si me ahogué en mis penas esa noche fue porque a mi de verdad me importabas y si otra noche más la pasé en vela fue porque no podía imaginar que de mi vida desaparecieras. 

Y lloré, lloré con suavidad, conteniéndome, con fuerza, lentamente, luego lloré sin razón solo por pura rabia; yo te quería y ahora sin más ni más te perdía. Si en varios segundos logré quererte, ¿por qué ahora no podía olvidarte así de rápido, así de fácil? La nuestra se convirtió en una historia más entre otras muchas y ahora yo seguía mi camino, pero esta vez estaba segura que no era contigo.

13 comentarios:

  1. Emociona leerte porque escribes con el corazón. Tus penas, reales o producto de tus letras, llegan.
    ¿cuántas veces hemo sentido lo mismo?
    Seguiré tu blog para resarcirme de tanta lieratura que no comparto.
    Saludos,
    ROBER

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Rober, muchísimas gracias por seguir mi blog, pero aun muchas más gracias por apreciar mis palabras escritas, que a veces por circunstancias no son escuchadas, y gracias por apreciar mi forma de escribir.
      Abrazos!
      PD: me encanta la frase de "Tus penas, reales o producto de tus letras"
      Jud

      Eliminar
  2. Me quedo por estos renglones, sin saltarme alguno.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Expresa muchos sentimientos profundos, un desahogo y una solución clara, que es seguir adelante...
    Es motivador, porque evidentemente las manecillas del reloj nunca se detienen, el mundo sigue su curso y nosotros también debemos hacerlo.
    Buen texto!

    ResponderEliminar
  4. Es llevar una cuenta exhaustiva de besos, caricias para un siempre que cambia y se renueva.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  5. Vine a conocerte y me gusta tu blog. Tus textos están tristes, pero es bueno hacer catarsis, escribir es una fórmula inigualable para descargar las penas.
    Como decís, nada es para siempre, entonces el dolor y la nostalgia también pasarán.
    Me encantaron tus reflexiones, en ellas encontré una visión positiva.
    Un cálido saludo desde Buenos Aires.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Agradezco de corazón tu comentario, y también el hecho de que hayas podido ver esa visión positiva, que a veces pasa inadvertida, y también me alegra saber que te ha gustado mi blog! Y espero que si lo sigues, te siga gustando!
      Abrazos!
      Jud

      Eliminar
  6. Me asombra tu capacidad, y poder de decisión. Me gustaría poder ahogar las penas en unos quintos como tú. pero no puedo. Soy alérgico a la cerveza, jajaja. Que bien expresas tu sentir. Y que buena tu resolución. Me alegro de estar en tú blog.

    ResponderEliminar
  7. Muy bueno, me ha gustado mucho....Creo que eso, en algún momento de nuestra vida nos ha pasado a todos no?

    ResponderEliminar
  8. Y lloré, lloré con suavidad, conteniéndome, con fuerza, lentamente, luego lloré sin razón solo por pura rabia; yo te quería y ahora sin más ni más te perdía
    Es doloroso pero el tiempo te ayuda a aceptarlo.

    ResponderEliminar
  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  11. Valoro mucho la sinceridad, y tú has escrito con la sangre que manó de tu corazón, recogida en el tintero del recuerdo.
    Así se escribe. Felicidades.

    ResponderEliminar