
No sabía que mis lágrimas podían escapar tan fácilmente, que podían recorrer con tanta velocidad mis mejillas. No sabía que un dolor tan grande podía hacer sentir una enorme presión que intenta aplastarte los pulmones para hacerse con el corazón. Pero de eso va la vida..., de equivocarse y aprender, de llorar y de reír, de decir adiós y dar la bienvenida. Lo que más aprendí de todo esto es que hay que aceptar las cosas. Estas son como son, y una muchas veces no puede hacer nada para cambiar esa realidad de la que tanto se desea escapar. Y sabía que la vida seguía, pero no podía creer que no fuera a tu lado. Caerse y seguir, de eso se trata, pero al fin y al cabo, yo no puedo, porque si ahora caigo no estás tu para levantarme, porque si ahora caigo, nadie estará lo más cerca de mi para evitarlo, porque si ahora caigo, nadie me levantará.
Hermosa entrada, llorando desahogamos nuestro corazón y demostramos los sentimientos más profundos y hermosos de nuestra alma, cuando lloras es porque exterioriza su tristeza, su alegría, su emoción. Encantado de visitar tu Blog.Un abrazo lleno de luz.
ResponderEliminarMuchísimas gracias! Hay una cita que dice: "La tristeza es la única emoción que te muestra lo que realmente importa" (:
EliminarA veces duele un amor perdido, y ni el tiempo lo borrará de nuestra memoria. Tierno, muy dulce tu forma de decirlo.
ResponderEliminarUn abrazo,
ROBER
Gracias por entenderlo! Y gracias por dejar un comentario, saber que a la gente le gusta lo que escribo me fortalece para continuar haciéndolo.
EliminarUn abrazo a ti también,
Jud
Tienes razón, de eso va la vida, de tropezar, caernos y volvernos a levantar. Un bello escrito que me ha encantado leer de un amor perdido... Saludos!!!
ResponderEliminarMe encanta que te haya gustado, y sobretodo el que te hayas parado a comentarlo, lo agradezco de verdad, muchas gracias!
EliminarUn abrazo
Jud!